Las últimas tres semanas nos encontraron a todos corriendo al hospital varias veces. La única invicta fui yo, pero el cuerpo en un momento también dijo basta y levantó bastante fiebre. Ahí usé la técnica de “ni se te ocurra”, me tragué 15 ml de dipirona infantil que me pasó el doctor de la guardia a la que llevé a uno de mis hijos y sobreviví al caos. Una cosa que ayudó a pasar esta semana fueron algunas rutinas y hábitos que el minimalismo trajo como que todo tuviera su casita y que los platos se usan y se lavan por ejemplo. Otras cosas quedaron claras que hay que mejorarlas mucho, como el hábito de controlar lo que entra y sale de este hogar de 40m2 y cuatro personas con gustos personales. Y entre las ocupaciones cotidianas (trabajo, escuela, cuidados personales, actividades extras), hoy, domingo que reflexiono sobre esto, pensé un poco sobre qué sirvió en este último año y medio para sobrevivir a casi tres semanas sin dormir e idas interminables a la guardia por hijos y c...