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Deshacerse o tirar (Sha 捨)

Desde hace dos semanas venimos hablando del concepto japonés de danshari, idea formada por tres caracteres o kanjis japoneses que significan “Dan”(断) rechazar o negarse; “Sha” (捨), que significa deshacerse o tirar; y “Ri” (離), que significa separar o desconectar.

Hoy vamos a hablar de Sha” (捨), es decir, deshacerse de las cosas que ya no necesitás. Esto puede ser un proceso difícil, especialmente si tenés una fuerte conexión emocional con tus posesiones, hábitos, o creencias y valores

Deshacerse o tirar pueden parecer palabras fuertes. No tanto cuando hablamos de posesiones físicas pero sí cuando hablamos de hábitos o creencias y valores. Tirar algo físico es fácil de identificar y una vez tomada la decisión, se va en la bolsa de basura. Hábitos y creencias se quedan peleando con nosotros mental y emocionalmente.

¿Cómo empezamos entonces?

Posesiones físicas

Acá no hay misterios y ya hablamos muchas veces. Si no se puede arreglar, vender o donar, no lo dudes. Ponelo en una bolsa y tiralo. No esperes hasta mañana para sacar la basura toda junta porque a la noche te va a entrar la duda y quién dice que lo tires. Quién no ha tirado un anotador, una ropa, algo para rescatarla en medio de la desesperación de la bolsa de basura que ya tiene cáscaras de fruta y yerba mate (y mal, esa basura se separa, che). Una vez en la bolsa, no se saca. Una vez en la bolsa, se va de tu casa. Una vez en la bolsa, es un adiós. No lo dudes.

Hábitos

Comenzamos con una parte difícil. ¿Cómo deshacerse de un hábito? ¿Cómo tirar la costumbre de picotear entre comidas, de quedarse en la cama cinco minutos más que en realidad son cinco minutos de un mundo paralelo donde el tiempo funciona diferente y en realidad es una hora más? Los hábitos envuelven mucho más que bolsas de basura: envuelven también creencias y valores. Pero vamos a concentrarnos solo en hábitos porque es más objetivo.

Yo empecé a aplicar un pensamiento más racional en los hábitos. Cuando uno es racional, no tenemos que discutir con nuestras emociones, creencias y valores; es lo que es. Entonces, al mejor estilo CEO (que descubrí que significa a Chief Executive Officer que es una forma complicada de decir “el de arriba”) de tu propia vida, analizá datos, hacete preguntas objetivas, respondelas de la misma forma, creá un plan que integre esa información y date un tiempo para analizar los resultados. Vamos con algo simple: querés levantarte temprano, digamos 5:30. Pero te levantás a las 7:00, arrastrándote de la cama y los párpados parecen ladrillos.

  1. Problema: No duermo lo suficiente.
  2. Hacete preguntas: ¿Cuántas horas necesitás para estar estar descansada. ¿6, 7, 8? ¿A qué hora te vas a dormir? ¿A qué hora te tenés que levantar para cumplir con tus responsabilidades? ¿Me levanto tarde porque me voy a acostar tarde?
  3. Observá tu realidad: Pierdo tiempo en las redes sociales, miro mucha tele, no tengo una agenda fija, no me alcanza el tiempo para todo.
  4. Hacé una hipótesis: No duermo lo suficiente porque me voy a acostar tarde.
  5. Refutá o afirmá hipótesis: Después de un tiempo determinado, fijate si es así y las variables que influyen.
  6. Plan de acción: de acuerdo a tu conclusión, si dormís tarde porque te quedás viendo Netflix (afirmación basada en mi realidad), cortá con Stranger Things.

Si le quitamos un poco el componente emocional, tal vez tirar o deshacerte de tus hábitos sea mucho más fácil.

Creencias y valores

Y llegamos a la parte más difícil y la que está tan dentro de nosotros que a veces ni cuenta nos damos: las creencias y los valores. Acá no hay mucho método ni plan mágico que te ayude. Acá sos vos con vos mismo. Y puede ser duro.

Yo creo que la mejor forma de analizar si son creencias o valores que te hacen mal, es pensar todo en un conjunto. Como dije la semana pasada, para mí lo individual no puede estar fuera de lo colectivo. Entonces, algunas preguntas guías pueden ser:

  • Mis creencias y valores, ¿me ayudan a ser una mejor versión de mí?
  • Esa versión, ¿es buena también para la comunidad donde me desarrollo?
  • ¿Cómo sé que es buena para mí y para los demás?

Cuando digo comunidad, no es necesario que seas voluntario de algo, referente social o lo que sea. Con simplemente saber que tu accionar se condice con lo que favorece a tu comunidad, ya estamos por buen camino. Y si ves que nada bueno sale de las respuestas, no lo dudes, descartá esa creencia que te hace mal (y a los otros).

¿Cómo aplicamos esto en casa?

Posesiones físicas: pongamos de ejemplo los libros que amo. Si hay alguno que se rompió pero todavía sirve, lo encuaderno, lo arreglo y si se puede dar para otros, lo dono (¿cómo saber si donar? Los remito a la semana del libro donde hablé sobre el asunto de libros y minimalismo). Si no se puede donar, ¿lo podemos usar para hacer alguna artesanía con los chicos? Si la respuesta es no, a la basura. Este fin de semana asesiné tres libros en el tacho de reciclaje de papeles. Después de 10 años de cargarlos, tuve que decirles chau.

Hábitos: este mes de junio comenzamos con la expriencia de mantener horarios para comer. Son muchísimas variables que observamos durante mayo que afectan a un buen resultado, pero la principal hipótesis fue la desorganización en la agenda semanal. Cuando termine el mes, les cuento cómo fue.

Creencias y valores: les voy a poner un ejemplo cotidiano en casa respecto a las preguntitas. Yo por ejemplo, soy bastante intransigente con la cuestión del ambiente y particularmente con la basura. Soy de una pequeña ciudad donde los veranos se caracterizan por estar llenos de turistas que creen que las playas son ceniceros. Que creen que limpiar su casa implica revolear todo en tu tacho de basura porque ellos no se ponen uno apesar de ser obligatorio. Yo soy de las que creo que hay que juntar todo y revoleárselos en el patio. Mi papá ya hizo eso y yo lo acompañé en el sentimiento. Vamos a las preguntas:

  • Mis creencias y valores, ¿me ayudan a ser una mejor versión de mí? Sí, creo que cuidar el ambiente es esencial y no tirar basura donde no debo hace de mí una mejor versión de la que sería si dejara mi basura para que otros la sufran.
  • Esa versión, ¿es buena también para la comunidad donde me desarrollo? Sí, porque ayuda a todos.
  • ¿Cómo sé que es buena para mí y para los demás? Porque todos vivimos o disfrutamos del mismo lugar.

Hasta acá, todo bien, bastante obvio. Ahora, vamos a cómo reacciono a todo esto:

  • Revolearles la basura en el patio, ¿me ayuda a ser una mejor versión de mí? No.
  • ¿Ayuda a la comunidad? No.
  • ¿Es buena para mí y la comunidad? Dos nos no hacen un positivo en este caso así que no.

Mis valores y creencias me llevarían a hacer justicia por mis propias manos y revolearles la basura en el patio. Pero no sería una solución feliz ni acertada. Opté entonces por hablar con mis vecinos temporarios y explicarles que si el tacho está lleno, iban a tener que dejar las bolsas en sus casa o los perros y pájaros me iban a dejar la entrada de casa hecho un asco. La mayoría de las veces funcionó. Otras no y siendo sincera, no siempre reaccioné de la mejor forma (la basura revoleada en el patio del vecino que lo digan). Pero trabajo para que esto no sea algo recurrente. No lo es desde que tengo hijos porque no quiero ser el ejemplo ese horrible de una loca revoleando bolsas hecha un furia.

Entonces…¿de qué posesiones te podés deschacer? ¿Qué hábitos querés dejar para atrás? ¿Qué creencias o valores no sirven para ser una mejor versión de vos?

La semana que viene terminamos con Danshari y seguimos con más Minimalismo Real.

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