Skip to main content

Ri (離): Separar o desconectar

Las últimas dos semanas hablamos de Danshari, un concepto japonés que se separa en tres kanjis o caracteres japoneses que significan: “Dan” (断), rechazar o negarse; “Sha” (捨), deshacerse o tirar; y hoy vamos a hablar de “Ri” (離), que significa separar o desconectar. Y este separar o desconectar significa separarse o desconectarse de las cosas que ya no necesitas en tu vida. Esto puede incluir establecer límites saludables con las personas o actividades que no te sirven o no te hacen bien o algo más gráfico como parar de ver redes sociales y mucho Netflix.

Veamos un poco a qué se refiere este último kanji:

Pensamientos

Esta parte es un poco abstracta y se refiere a tratar de separar nuestros pensamientos negativos de nuestra realidad. Básicamente es no prestarle atención a aquello que nos tira para abajo. No es una tarea fácil, y como dije, es algo un poco abstracto y a veces no sabemos cómo hacerlo. Para ejemplificarlo, usemos algo bien sencillo: tengo un compromiso de trabajo que me tiene nerviosa y estoy todo el tiempo pensando que me va a ir mal o que no estoy preparada o que no estoy segura de lo que voy a hacer. Es algo que me consume todo el día porque realmente siento que no me va a ir bien. El ejercicio acá es enfocarse en aquello que podemos hacer y controlar; si yo me preparé, si yo hice mi parte, hay que aceptar que las cosas pueden no salir como uno quiere y tratar de relajarse. ¿Es fácil? No. Pero a eso se refiere separarse de nuestros pensamientos negativos. Analicemos: qué podemos de hecho hacer y qué no para evitar ese miedo, ese nerviosismo, esos pensamientos negativos. Probablemente vas a seguir sin dormir pensando en lo mismo, pero el hecho de estar consciente de que estamos trabajando para minimalizar el ruido de la cabeza, es un avance.

Emociones

Esta parte también es un poco abstracta pero creo que también es más fácil de trabajar que los pensamiento que van y vienen como quieren. Aquí también vamos a trabajar el separar lo que sentimos de lo que estamos pasando. A mí me gusta mucho la frase que dice que uno elige cómo reaccionar delante de ciertas circunstancias y me parece que tiene mucho que ver con este último kanji. Delante de una situación que nos enoja, por ejemplo, podemos elegir romper todo, gritar, insultar y después seguir enojados por horas, días, semanas, repitiendo en nuestra cabeza lo que pasó. O podemos enojarnos (porque en definitiva, hay situaciones que lo ameritan) y trabajar con eso. Si me enoja que mi vecino tire la basura en mi tacho cuando debería tener su propio tacho, puedo elegir insultarlo, tirarle la basura en su patio o tratar de resolverlo juntos, no dejando de lado mi enojo pero sí usarlo de una forma positiva. Cuesta muchísimo, pero no podemos ser nuestras emociones todo el tiempo. Así no va a haber corazón que aguante.

Acciones

La última parte se refiere a nuestras acciones y nuestras expectativas delante de ellas. Esto quiere decir que tenemos que empezar a pensar en el proceso y no en nuestra forma de actuar aisladamente. Expliquemoslo mejor: digamos que tengo como meta de vida tener una vida más simple en armonía con las personas y el ambiente. Entonces hoy junto un montón de bolsas de ropa y las dono. Mañana empiezo un curso de compostaje. Pasado me junto con mis amigos un rato. Y en un mes veo que tengo que repetir todo porque me llené de actividades creyendo que esas acciones me harían cambiar de vida o harían que mi vida fuera esa idea que tengo en mi cabeza. En vez de hacer una lista de cosas a cumplir, tal vez sería mejor proponerse no comprar ropa que no necesitás. No es algo que vas a hacer todos los días sino algo que te proponés a pensar a lo largo de tu proceso de vivir una vida más simple. En vez de marcar un encuentro con tus amigos el viernes para cumplir con eso de estar en armonía con las personas, tal vez sea mejor llamar o mandar algún mensaje más seguido y no una vez por mes para ver en qué andan. Si querés tener más tiempo y ves que las redes sociales te consumen mucho tiempo, en vez de proponerte desconectarte hoy de las redes sociales y solo usarlas de 16:00 a 18:00 por ejemplo, establecé un tiempo en tu agenda dedicado a vos misma y las redes sociales eventualmente van a perder presencia en tu vida porque no estás dejando las redes sociales sino concentrándote en vos y eso va a tener un efecto más duradero que ponerte un horario estático y fijo que tal vez no puedas cumplir siempre. Es el camino, el proceso, el viaje o como quieras llamarlo y no las acciones aisladas que van a tener un efecto real. Separarse de estos actos individuales, va a ayudarnos a minimalizar nuestro tiempo en acciones superfluas que no van a tener repercusiones en nuestras vidas que valgan la pena.

¿Y cómo aplicamos esto por casa?

Pensamientos

Es difícil para mí esta parte porque yo no consigo parar de pensar. Nunca. Tengo una orquesta en mi cabeza todo el tiempo. Y cuando algo me deja nerviosa, es muy difícil separar los pensamientos negativos de la realidad. Un ejemplo me pasó recientemente: tuve que hacer una presentación para profesores de varios países de América Latina sobre un tema que si bien lo tengo claro, no me sentía segura de presentar. Estuve un mes y medio preparando el power point, presentándolo para mis colegas, para mi compañero, para mí misma, para mis hijos que no entendían nada y una semana antes, cuando ya no podía ni dormir pensando en esa presentación me dije: ¿qué más puedo hacer para mejorar esto? Nada. No puedo hacer nada. Ya hice todo lo posible. Y empecé a trabajar en todo lo demás que tenía pendiente porque solo me enfocaba en esto. Y finalmente dormí.

Emociones

Esta parte es todavía más difícil para mí porque soy lo que una vez leí, un rumiante. Soy de esas personas que se quedan pensando en lo que pasó, en lo que podría haber pasado, en lo que podría haber hecho o dicho y hablo sola en la ducha, mientras cocino, mientras trato de dormir… Para ser honesta, esto de rumiar en mi cabeza me suele pasar cuando me enojo, no cuando estoy feliz. La última vez no dejé que me ganara. Respiré profundo y no abrí la boca cuando estaba enojada porque sabía que no iba a servir hablar en ese momento con furia. Lo que sí hice fue esperar unos minutos y hablar más tranquila. No siempre lo consigo, muchas veces (la mayoría) no consigo separarme o desconectarme de lo que siento. Y a veces es necesario para poder resolver lo que tenemos en frente.

Acciones

Las acciones son más visibles y por eso para mí, es más fácil entenderlas como parte de un proceso y no como actos aislados. Pero todos caemos en el famoso check-list cuando queremos cambiar algo. Hace poco me propuse estar más presente con mis hijos. Puse pequeñas actividades todos los días. No llegué a hacer ni la mitad. Lo que sí empecé a hacer es que cuando termino de trabajar, les pregunto si quieren hacer algo. O si ellos tienen algún juego que quieren hacer, les digo que después de terminar de trabajar lo hacemos. Y en vez de imponerme actividades específicas (aunque también las hago), simplemente decidí estar presente. No es fácil porque muchas veces quiero quedarme en la compu leyendo textos y cosas que siempre me interesan leer y tengo que literalmente cerrar la computadora para no seguir perdiendo el tiempo en cosas que a veces suma y a veces no pero que seguramente me roban tiempo con mis hijos.

En fin, como todo, el concepto de Danshari es un proceso continuo y que se trata de vivir una vida simple y tranquila. Y a medida que avanzamos por este camino, tenemos que recordar ser amables con nosotros mismos y darnos tiempo y espacio para crecer y ser un poquito mejores que ayer.

Nos vemos la semana que viene con más Minimalismo Real.

Comments

Popular posts from this blog

Ep. 107 | 3 ideas para organizar y descartar "komono" (cositas)

Yo, pensando en cómo dejar de acumular cositas (La Prune, Manet- 1877) Entre las categorías para descartar y organizar de Marie Kondo, se encuentra la categoría " komono ",  que básicamente son cositas. La traducción que le dieron en español si no me falla la memoria es "misceláneas", es decir...cositas varias.  En casa somos maestros en acumular cositas. En llevar la palabra a otro nivel. En personificar y vivir komono. En casa, sí, estamos llenos de "cositas". Gomitas de pelo, clips, papelitos, fósforos, juguetitos, dibujitos, dados, monedas que no sirven para nada, bolitas Pokemón sin el Pokemon, un lápiz de labio, una honda de juguete, piensen en algo y nosotros lo tenemos. No ayuda para nada que somos todos acumuladores compulsivos de cositas. El otro día vi una piedrita en el piso y se la llevé a mi hija que está con librito de rocas. Y mis hijos después se traen otro sinfín de cosas de la calle. En fin, esta casa necesitaba una intervención urgente ...

3 ideas para repensar los zapatos

Yo no soy una gran amante de zapatos en general. Debe ser porque cuando era chica, alguien -no recuerdo quién- le dio a mi papá un par de sandalias tipo Jesucristo de cuero legítimo para mí. Eran para nenes y aunque a mí nunca me importó si las cosas eran de nenes o nenas, estas en particular eran muy feas. Y además, me quedaban un poco grandes y me lastimaban. Pero eran de cuero. Entonces, para el cumpleaños de la vecinita amiga mía de al lado, me dijo que me pusiera “las sandalias nuevas”. Yo no quise, protesté, lloré y me mandó al cumpleaños descalza. Por suerte la calle era de tierra, solo nos dividía un alambrado entre casa y casa y todo era puro terreno de pasto y tierra. Llegué llorando pero no me afectó tanto porque la mitad de los chicos ya estaban en patas jugando. En fin, traumas de infancia. Cuando crecí, solo usé zapatillas y sandalias hippies o chancletas. Hubo una época que compré unas chatitas para el trabajo pero la verdad, correr atrás de chicos requiere za...

2 formas de moldear tu ambiente

En algunos podcasts conté que en la mini sala conseguimos comprar un año y medio atrás una mesa que se abre. Es de 1,20 pero se extiende a 1,70. Es de vidrio y madera. Y el vidrio se rompió con algo, se rajó de punta a punta y no sabemos cómo hace unos días. Y me agarró una angustia. Porque no voy a poder arreglarlo ahora y probablemente quede así por mucho, mucho tiempo. En esa angustia dije que al final nunca podíamos tener nada lindo, que la casa siempre iba a ser un caos constante como estaba ahora, que no importaba cuánto sacáramos, cambiáramos, etc, siempre íbamos a vivir en un lugar que no era de nuestro gusto. Claro que no es la casa ni la mesa, vengo con mucho trabajo y con cuentas que se suman y me salió por ahí (y me compré un libro). Pero mi compañero, con quien nos turnamos por suerte en nuestros ataques de desesperación, empezó a juntar las cosas, ordenó un poco, barrió, lavó la ropa, los platos y dejó el departamento visiblemente mejor. Y la frase que muchas veces reapar...