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3 formas de minimalizar las excusas

Estaba reviendo un poco los objetivos que me había propuesto este año ahora que falta poquito más de 60 días para terminarlo y empecé a hacer una especie de porcentaje de lo que había hecho, lo que me falta, lo que estoy haciendo y lo que todavía puedo hacer. Y lo que más me llamó la atención era que de lo que más quería hacer, fue lo menos que hice. Eso porque esas cosas son las que más esfuerzo me llevan y a las que más les encuentro excusas para no hacerlas. Este año quise pensar en tres frases que mencioné en el episodio “3 maneras de minimalizar proyectos”: recordar que tengo un tiempo limitado y no me puedo llenar de cosas, que el cómo paso mi tiempo es cómo paso mi vida y que no me tengo que distraer con un montón de proyectos. Debo decir que fui mejor que en otros años pero sigo muchas veces poniéndome excusas para no hacer lo que me propongo. Y acá comparto tres excusas que charlé con una amiga y que nos ponemos siempre para no hacer las cosas. Y cómo podemos -más o menos- evitarlas:

1- No culpar al tiempo que no tenemos

Seamos honestos: quien trabaja en un horario laboral normal, ya tiene 9 horas menos de su vida para proyectos personales como hacer yoga, aprender manualidades o ir al gimnasio. A eso hay que sumarle los compromisos personales que uno tenga que pueden ser familiares como cuidar hijos, padres, abuelos, amigos, etc. Diría un conocido mío, los proletarios del mundo no tenemos tiempo nunca, el tiempo hay que hacerlo. Para hacerlo, hay que elegir. No se puede hacer todo. Enfocate en lo que más te va a permitir llevar una vida más tranquila.

2- No culpar a la plata que nos falta

Siguiendo a mi amigo, los proletarios del mundo tampoco tienen plata sobrando. Pero eso no impide aprender a disfrutar. De forma alguna estoy diciendo que nos conformemos y mucho menos, que aceptemos pasivamente nuestras circunstancias. Pero mientras estamos trabajando para mejorar nuestra situación, hay que disfrutar. Sí, la plata facilita todo. Absolutamente todo, estamos de acuerdo. Pero el mes pasado por ejemplo, que estaba apretado, fue el mes que más cosas hicimos en casa. Porque uno empieza a rebuscárselas cuando quiere. Porque la ida a la biblioteca se transforma en el paseo del día. Porque hacerte una lista de lugares interesantes de tu barrio se transforma en un paseo turístico. El sanguchito en el tupper es el picnic en la plaza. El gimnasio que no podemos pagar es el video de Youtube de calistenia o caminar por 30 minutos por tu barrio. Digo, hay muchas formas de no ponerte excusas y hacer algo que te acerque a ese ideal que muchas veces tenemos para alcanzar. La plata, para quien no tiene un pariente perdido que le ha dejado una herencia, siempre va a ser un tema. Si no hablamos de cosas esenciales como salud, techo y comida, el resto se arregla así que a dejar las excusas.

3- No culpar a la vida

Qué lindo que es empezar a despotricar contra todos y todo. Que el presidente o la presidenta, que la economía, que el país, que el trabajo, que el almacenero, todos se interponen en el camino de nuestra felicidad. TODOS. Y puede ser verdad, no sé. Muchas veces es el almacenero, es el trabajo y es el país. Pero también somos nosotros. Dentro de lo que controlamos, estamos nosotros. Nadie te dice que vayas por la vida feliz porque tu jefe te trata mal o el colectivero no te paró en medio de la lluvia. O que tus ahorros hayan sido secuestrados por el gobierno de turno. Volvemos a que no se trata de aceptar la vida pasivamente. Pero hay cosas que controlamos y cosas que no. Tener claro esas dos cosas ayudan a dejar de ponernos excusas para avanzar en lo que nos proponemos. “Empecé el gimansio y me quebré una pierna”. Nada te impide mejorar la dieta mientras no te puedas mover. Te va a atrasar un poco en tu proyecto, pero no te impide seguirlo. “Tuve que usar la plata de mis vacaciones para una emergencia” *(historia de la vida real). Nada impide que en vez de conocer un lugar que siempre quisiste conocer, conozcas otro más cerca, más barato, mas accesible al momento de tu vida. La vida va a pasar y vos también, con vos feliz o vos infeliz. Pero el cómo la vas a pasar depende de vos.

No estoy planteando con esto de minimalizar excusas que pasemos la vida en una falsa positividad donde todo es pajaritos y rosas. Muchas veces no tener tiempo nos hace explotar, no tener plata nos pone en una situación de estrés inexplicable y cuando la vida pasa de la peor forma, es muy difícil recomponerse. Y nuestros proyectos y objetivos se nos van por la rejilla del baño. A lo que voy es, inclusive si todo esto pasa, llega un momento en que tenemos que darle un corte a esto. A veces se puede solo, a veces no, pero las excusas tienen que empezar a ocupar un lugar menos proponderante en nuestras vidas. Porque sino se nos va sin más. Yo tengo hijos chicos y si algo quiero pasarles, es que está bien caerse. Pero siempre listos para levantarse, solos o con ayuda. No les puede enseñar eso si yo misma no lo aplico a mi vida.

Como dije, la vida pasa quieras o no. Es preferible que pase de una mejor forma, ¿no?

Nos vemos la semana que viene con más Minimalismo Real.

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