Skip to main content

Ep. 90 | 2 preguntas para comprar como minimalista

Hace unas semanitas me deparé con un correo electrónico de una persona que escucha el podcast. No pedí permiso para decir su nombre así que lo llamaremos Pedro, como Pedro Pé de Rafaella Carrá. En su mail, Pedro comenta que acababa de comprar un departamento y un auto y se preguntaba o reflexionaba sobre si adquirir estos bienes era de minimalista. Mi respuesta fue (entre otras cositas que compartimos): 

El minimalismo es saber qué te sirve, qué no y qué es importante versus superfluo en tu vida. Específicamente a la casa y el auto, me parece que el minimalismo apunta a que no gastes tu vida en pagar una casa gigante o un auto carísimo que no vas a poder disfrutar porque te vas a pasar el tiempo tratando de pagarlo o mantenerlo. 

Creo que es un poco eso: ¿qué se alinea con tu proyecto de vida? Entonces, para mí, no existen cosas minimalistas que podemos comprar y cosas no minimalistas que no comprar. Un ejemplo bien claro para mí es la persona que disfruta del arte; si para vos es válido gastar tu plata en cuadros de artistas que te gustan en vez de gastarla en hacer un viaje a la Patogonia, quién soy yo para criticarte. Mientras no te cause un malestar económico a futuro (porque sí, la vida hay que vivirla pero también tenemos que tener en cuenta que contamos con que no se acaba mañana y podamos tener lo básico cubierto...) y sea algo que tenga que ver con lo que querés de tu vida, ¿por qué no? 

Pensé entonces en dos preguntas que leí hace un tiempito haciendo mi presupuesto mensual y leyendo sobre finanzas personales para compartirles y salir de ese impasse que a veces se nos cruza cuando pensamos si estamos en el camino del minimalismo o no (siempre como digo, partimos de que tenemos los básico -techo, salud y comida- cubiertos, ¿sí?). 

1- El resumen de tu tarjeta de crédito (o tu extracto bancario), ¿está alineado con tus valores? 

Pensemos en esto: si yo digo que quiero vivir más experiencias con mi familia (viajar, pasear más, comer en restaurantes de comidas exóticas, lo que sea) y veo que en mi extracto bancario o resumen de tarjeta tengo gastos extras de libros que no necesito porque todavía no leí los que tengo, compras extras en el mercado por no planificar las comidas, ropa que podía esperar, promociones que la verdad fueron compradas por impulso, etc, entonces muy alineado mis gastos a mis valores no están. Minimalizar los gastos extras para alinearlos con lo que deseamos de nuestras vidas es básico para comprar y gastar como un minimalista. Porque caminar por el minimalismo es enfocarnos en lo que es importante para nosotros. No digo que no tengamos gastitos extras para darnos un gusto o porque esa semana no planificaste la comida. Pero que eso no sea una constante. 

2- ¿Cómo puedo alinear mis gastos a mis valores? 

Cada uno tendrá su forma de organización. La mía fluctúa bastante dependiendo del momento de mi vida pero siempre tuve bastante control de mis gastos, sobre todo cuando literalmente dependía de los billetes que tenía o no en mis manos en ese momento. Sin embargo, uno cuando empieza a estar más cómodo, tiende a soltarse más con los gastos. Por eso hay que tener cuidado y prestar atención a cómo podemos alinear nuestra situación actual con aquello que queremos. Les pongo un ejemplo: digamos que este mes me sobra un poco de plata y me quiero dar un gusto. Pero también en las vacaciones quiero viajar porque es algo que me gustaría hacer con mi familia. Entonces, ¿vale la pena ese gusto ahora o puede esperar para otro momento? ¿Qué es más importante para mí ahora, el gustito o viajar? 

En mi opinión, independientemente de cuánto ganes, cuánto tengas y qué querés, lo importante es que todo eso esté alineado con lo que vos querés de tu vida. Pedro compró una casa y un auto y si es lo que estaba deseando o necesitando y cupo en su presupuesto, está bien. Dicho sea de paso, en mi proyecto de vida, también quiero poder comprar mi propia casa. Y como le conté a él, compramos un auto, el más popular y barato usado, pero que podíamos pagar y para nosotros, fue buenísimo porque nos permite hacer pequeños viajes de un día que antes no podíamos hacer o era muy difícil porque el acceso se complicaba sin auto. 

Más que preguntarte si un minimalista debe comprar esto o aquello, pienso que hay que preguntarse si se condice con lo que queremos para nosotros y los que conviven con nosotros en caso de que vivas con otros. Y claro, si podemos. Porque yo también quiero conocer la Muralla china pero bueno...me conformo con conocer Ushuaia el año que viene. 

Ah, antes de dejarlos por hoy, quería avisarles que la página de Instagram no va a ser más actualizada. Va a quedar abierta pero sin actualización. Ahí dejé un poco explicado el por qué pero básicamente, contamos con los comentarios que pueden dejar en Spotify que ahora puedo responder y el correo electrónico, hola@minimalismoreal.com.ar. para comunicarnos. No dejen de escribir por ahí o responder las encuestas que me gusta mucho leerlos. 

Nos vemos la semana que viene con más Minimalismo Real. 




Comments

Popular posts from this blog

Ep. 107 | 3 ideas para organizar y descartar "komono" (cositas)

Yo, pensando en cómo dejar de acumular cositas (La Prune, Manet- 1877) Entre las categorías para descartar y organizar de Marie Kondo, se encuentra la categoría " komono ",  que básicamente son cositas. La traducción que le dieron en español si no me falla la memoria es "misceláneas", es decir...cositas varias.  En casa somos maestros en acumular cositas. En llevar la palabra a otro nivel. En personificar y vivir komono. En casa, sí, estamos llenos de "cositas". Gomitas de pelo, clips, papelitos, fósforos, juguetitos, dibujitos, dados, monedas que no sirven para nada, bolitas Pokemón sin el Pokemon, un lápiz de labio, una honda de juguete, piensen en algo y nosotros lo tenemos. No ayuda para nada que somos todos acumuladores compulsivos de cositas. El otro día vi una piedrita en el piso y se la llevé a mi hija que está con librito de rocas. Y mis hijos después se traen otro sinfín de cosas de la calle. En fin, esta casa necesitaba una intervención urgente ...

3 ideas para repensar los zapatos

Yo no soy una gran amante de zapatos en general. Debe ser porque cuando era chica, alguien -no recuerdo quién- le dio a mi papá un par de sandalias tipo Jesucristo de cuero legítimo para mí. Eran para nenes y aunque a mí nunca me importó si las cosas eran de nenes o nenas, estas en particular eran muy feas. Y además, me quedaban un poco grandes y me lastimaban. Pero eran de cuero. Entonces, para el cumpleaños de la vecinita amiga mía de al lado, me dijo que me pusiera “las sandalias nuevas”. Yo no quise, protesté, lloré y me mandó al cumpleaños descalza. Por suerte la calle era de tierra, solo nos dividía un alambrado entre casa y casa y todo era puro terreno de pasto y tierra. Llegué llorando pero no me afectó tanto porque la mitad de los chicos ya estaban en patas jugando. En fin, traumas de infancia. Cuando crecí, solo usé zapatillas y sandalias hippies o chancletas. Hubo una época que compré unas chatitas para el trabajo pero la verdad, correr atrás de chicos requiere za...

2 formas de moldear tu ambiente

En algunos podcasts conté que en la mini sala conseguimos comprar un año y medio atrás una mesa que se abre. Es de 1,20 pero se extiende a 1,70. Es de vidrio y madera. Y el vidrio se rompió con algo, se rajó de punta a punta y no sabemos cómo hace unos días. Y me agarró una angustia. Porque no voy a poder arreglarlo ahora y probablemente quede así por mucho, mucho tiempo. En esa angustia dije que al final nunca podíamos tener nada lindo, que la casa siempre iba a ser un caos constante como estaba ahora, que no importaba cuánto sacáramos, cambiáramos, etc, siempre íbamos a vivir en un lugar que no era de nuestro gusto. Claro que no es la casa ni la mesa, vengo con mucho trabajo y con cuentas que se suman y me salió por ahí (y me compré un libro). Pero mi compañero, con quien nos turnamos por suerte en nuestros ataques de desesperación, empezó a juntar las cosas, ordenó un poco, barrió, lavó la ropa, los platos y dejó el departamento visiblemente mejor. Y la frase que muchas veces reapar...