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Ep. 104 | Minimalismo de Google (y similares)



En estos últimos tiempos vengo aprendiendo sobre el movimiento de-google. Yo hoy por hoy dependo mucho del Google: tengo gmail, Google drive. Google Meet porque lo uso para mis clases particulares y lo uso para las clases sincrónicas que tengo en la facultad, uso el navegador para todo, uso el blog, en fin, Google y yo somos un solo corazón. Pero hay algo que me viene molestando hace tiempo y son los anuncios, son las informaciones que van agarrando de mí y de mi familia para después enchufarme más anuncios; son las propagandas que aparecen cuando hablaste con tu amigo de algo y oh, ahí está ese parlante del que hablabas (díganme paranoica...), son datos, es mi vida, soy yo, ahí, libremente usado para...vender. Y seguro que más, pero vender es lo que más me molesta. Dicen que si no pagás por algo (o mucho menos que en otros lados como el caso de Google Drive), el producto sos vos. Y cada día estoy más convencida de eso. Llámenlo Google. Microsoft. Meta y su Instagram y Facebook. Twitter. Amazon. Y la lista sigue. 

Y ahí empecé a buscar alternativas. Estas alternativas sirven para quien tiene ganas de seguir conectado pero salir de la cloaca que se ha transformado Internet y las redes sociales. Para quien busca proteger sus datos. "Ah, pero yo soy nadie, ¿quién me va a querer hackear?". Resulta que los hackeos no lo hace solo gente que busca jorobarle la vida a esta o a aquella persona; hoy hay bots que simplemente van hackeando y buscando datos para usarlos: tu dni, tu nombre, tu dirección, etc. No piensa: uh, no, voy a dejar a Pepita Gómez en paz porque no es nadie importante. No...Pepita Gómez probablemente tiene número de documento con el que se pueden pedir créditos. Pepita Gómez probablemente tiene cuenta en banco. Pepita Gómez probablemente puso fotos en Google Drive que no quiere compartir con el mundo. Pepita Gómez soy yo o vos. No es para volvernos paranoicos, ojo. Pero sí para ver que hay alternativas. 

Hay mucho más para decir (y enloquecer) pero les ofrezco acá algunas alternativas para salir de Google y similares (dejo todos los enlaces en la descripción):  

1) Buscador/Navegador

Charlando (por mensaje) con personas que ya han salido de Google, encontré dos alternativas. La primera es DuckDuck Go. Se baja como cualquier navegador y evita cookies, rastreos (por los cuales después te mandan propagandas) y pop-ups. Te da privacidad. También te permite crear un mail que te reenvía todo a tu mail original. Por ejemplo, tengo mi gmail que uso para todo con mi nombre y apellido. Para cuentas donde hay que registrarse con el correo, estoy usando mucho la opción alternativa de DuckDuckGo que me reenvía todo a mi mail personal pero no lo tengo que usar ni se lo ofrezco gratuitamente a cualquiera. Ahí veo todas las porquerías que te tratan de enchufar porque DuckDuckGo te avisa cuando te llega el correo ("estos son los rastreadores que bloqueamos"). Lo malo es que el buscador tiene dificultades en encontrar cosas en español. Y ahí apareció una segunda opción que me pasaron llamada Startpage. Básicamente te da todos los resultados de Google pero con privacidad. 

Estoy usando las dos opciones; de Startpage, puse la extensión en Google Chrome y cuando quiero buscar algo, directamente usa este programa. Y santo remedio. Lo puse hasta en la compu del trabajo. 

2) Correo electrónico

Sigo usando mi gmail principal para algunas cosas pero para todo lo demás, uso la dirección de Duck Duck Go que me lo reenvía ahí con privacidad. También me abrí un correo en Proton Mail. El problema es que tiene poco espacio y la versión con más lugar está en euros. Proton tiene un ecosistema muy interesante pero bueno, imposible para lo que puede resultar barato en algunos países pero en los nuestros no. Sin embargo, como un correo alternativo más al de DuckDuckGo, se tiene una protección extra. 

3) Google Drive o nubes poco seguras. 

Yo pago la versión más barata de Google Drive con 100 gigas. Ahí tengo literalmente mi vida. Preguntando por opciones, me recomendaron Filen. Filen es una nube que te da hasta 10 gb gratis y el resto hay que pagarlo. Filen tiene una opción de por vida; pagás 30 euros y tenés 100 gb para siempre. No hay que pagar anual. No hay que pagar mensual. Es un pago y 100 gb a tu alcance. Hoy por hoy yo tengo en uso 45 gibas de Google; el día que no lo pueda pagar más, me borra todo. En reunión familiar pregunté si se aprobaba el gasto porque pasarlo para dolorosa moneda local era motivo de reunión familiar (triste pero real). Fue aprobado. Pasé todo lo importante, fotos, documentos personales, libros,  materiales de clases y materiales de las facultades que hice a Filen. Y decidí que nunca jamás puedo mientras dure en este mundo, pasar de 100 gb en contenidos. Porque en serio, si todo eso fuera impreso, ¿dónde lo metería? Límite, gente. 

Sé que esta no es una opción para todos porque 30 euros no es algo que se pueda gastar a la ligera. Pero hay otras alternativas, como NextCloud que te da 10 gb también y podés tal vez distribuir en dos lugares tus cosas. 

4) Redes sociales

Siempre me interesó el movimiento del Software Libre y la idea de código abierto. El movimiento Software Libre aboga por la libertad del usuario de poder conocer lo que está usando, modificarlo y crearien  sus propias copias por decirlo de una forma muuuuy simplificada. Hay una diferencia filosófica entre código abierto y Software libre, pero para no estirarla, digamos que son similares. Es como si yo pudiera agarrar el código de Windows y hacer mi propio Windows basado en el que vino en mi compu. Y después dárselo a todos gratis (o, como otros abogan, vender tu trabajo dejando el código abierto) . Yo soy a favor de vender tu trabajo la verdad, pero no monopolizar. Ni robarte datos. En fin, de todo esto surge lo que se llama Fediverso. Acá vamos a encontrar versiones de Twitter, Instagram, Youtube y Facebook mantenidas y sostenidas por gente como vos y yo, que en su mayoría se cansaron de la cloaca que se volvió Internet. No es visualmente lindo, no es fácil de entrar como Instagram o cualquier otra red en la que te hacés una cuenta y ya tenés 15 seguidores ni vas a encontrar fácil gente a quien seguir. Pero si lo que te interesa es estar conectado sin andar aguantando al algoritmo, esta es tu opción. La mejor forma de entrar en todo este universo es Mastodon, una especie de Twitter. Después, hay versiones de todas las demás redes sociales. Voy a dejar un enlace a una carpeta de contenidos por si quieren aprender más del asunto. Ya aviso que hay una curva de aprendizaje y lleva tiempo. Yo todavía no entiendo mucho cómo es esto del Fediverso. Pero los invito a descubrir juntos. 

Déjenme cerrar este episodio medio raro y tecnológico con un resumen de un libro que leí el año pasado. El libro se llama “Qualityland" y es del alemán Marc-Uwe Kling. El libro es una mezcla de "Un mundo feliz" con "1984 se encuentra con Blade Runner” en el que imagina un país, Qualityland -el más poderoso del mundo- donde todo es tecnológico como ahora pero un pasito más. Ya no existe la privacidad y todo se basa en datos que existen en una red de redes en la que se sabe todo de todos y los algoritmos deciden, según el nivel de la escala social en el que estés, qué te gusta, qué necesitás y qué podés.

Los niveles determinan a qué accedés y son prácticamente hereditarios, como los apellidos. El protagonista se llama Peter Desempleado porque sus papás no tenían trabajo. Dueño de un negocio de chatarras, ilegalmente trata de mantener vivos robots que se consideran obsoletos o rotos. En Qualityland, las personas son determinadas por el algoritmo que rige las vidas de los habitantes del país, y por eso, de la nada, pueden recibir objetos entregados por drones y que son descontados de sus cuentas bancarias, que nunca pidieron. Pero el algoritmo sabe que lo querían o lo iban a querer. Peter recibe un aparato para satisfacción personal y abrumado por esto, decide devolverlo. Al final, no lo quiere, no le interesa y está seguro que hay un error en el algoritmo.

Al mismo tiempo, un robot, John of Us, es candidato a la presidencia y la discusión sobre si un robot puede o no dirigir a un pueblo se desata. Irónico, porque el país entero se rige por algortimos y las personas poco poder de decisión tienen sobre sus vidas.

El libro es maravilloso y vale mucho la pena leerlo. Sobre todo como aviso de lo que se viene (o ya está por acá). Sí, está bueno dejar Instagram, Facebook y Twitter. Pero no es solo eso. Es todo un sistema de redes en el que estamos inmersos.

No quiero ser paranoica ni voy a salir gritando “código libre o muerte”. Pero más o menos. Aprovecho esta reseña del libro para dejar opciones a lo conocido y que cada uno elija hasta qué punto vamos a dejar que el algoritmo rija nuestras vidas. 

Nos vemos la semana que viene, menos paranoicos, con más Minimalismo Real. 

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