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Ep. 108 | 3 ideas para minimalizar el streaming

Yo, forzándome a leer cuando quiero ver a Steven Seagal haciendo de Nico en una película de 1980. Pintura de Jean-Honoré Fragonard- La lectora, 1770.

A mí me gusta mucho ver series. Y series de peleas gratuitas, de héroes que siempre triunfan, ni hablar. Al final, pasé mi infancia en los ochenta viendo Brigada A y Kwau Chang Caine en Kung Fu. Así que cuando descubrí la serie Warrior y Banshee recientemente, no dudé un segundo que NECESITABA tener el streaming donde lo pasaban. Encima ahí también estaba The Big Bang Theory, Supernatural, en fin, todo lo que mi cabeza dice que necesita ver. 

Pero bueno, al igual que las cosas que entran y por las que algo tiene que salir, había que elegir qué otro cortar. Ya hace un mes que no se paga Youtube Premium. Pero tenemos Prime, Netflix (que vamos alternando pero en los últimos meses fue muy utilizado por los chicos y no fue alternado), Disney (no puedo dejar de ver Los Simpsons) y Apple TV porque tenemos promoción por cuenta estudiantil y me encanta "Lago tranquilo", un panda zen que enseña fábulas (sí, dije un panda zen) para ver con los chicos.

En fin, como se darán cuenta, gradualmente pasamos de tener algunos streamings para tener cuatro. Y con Max para ver Banshee y Warrior, cinco. Fue todo tan gradual y tan "un gastito acá este mes no le hace mal a nadie" que de repente nos encontramos en una situación en la que parecía que estábamos pagando el mejor servicio de cable de antaño. Y con propagandas (Prime y Disney tienen propagandas...). 

Así que bueno, tocó sentarse y analizar. Porque además...¿quién tiene tiempo para ver todo? O mejor dicho...¿por qué gastar tiempo en ver tanta cosa? 

1- Especificate el qué, cuándo y cuánto

Imaginate que creciste como yo, en los ochenta. En mi caso,no tuve tele a color en mi primera infancia y como iba al jardín del sindicato de mi mamá el día entero, poco tiempo tenía para ver tele. Sin contar que celular e Internet eran inexistente. Así que ver cualquier cosa en la tele, era todo un evento. Y algo a color hasta 1986, era una maravilla. No espero, claro, que volvamos a esa época pero digo: yo soñaba con que llegara la hora en la que los luchadores de Titanes en el Ring, un programa de lucha de luchadores disfrazados estilo mexicano pero no mexicano, porque cuando llegaba, era un super evento. Entonces, ¿por qué no dejar de trivializar un momento como es el de ver una película, una serie que te gusta? Hoy está todo tan al alcance de la mano que podemos sentir en nuestras cabezas la frase "uh, no hay nada para ver" cuando tenés tres millones de opciones. Ya estamos tan anestesiados de novedades que no existen más y si no es una cosa que revoluciona el mundo, parece que no vale la pena. Elegite algo que tenga que ver con lo que te gusta o con lo que querés ver en ese momento, hacete un espacio en la agenda para que sea EL momento de verla (como cuando alquilábamos un videocassete para ver una peli; era todo un evento) y si es una serie, dosificá. No hagas esa famosa "maratón de series" en la que ves cinco capítulos de una vez. ¿Por qué no? Porque queremos mantener el entusiasmo. Es como leer un libro y no terminarlo enseguida. Es algo que después vas a buscar encontrar un momento. Consumamos streaming con calma. 

2- Elegí un horario

Sí, volvamos a mi infancia en los ochenta. Había UN horario para ver las cosas. Uno. Y nada más. Hoy tenemos la opción de ver cuando queramos las cosas. El conocido "por demanda". El problema con eso es que cuando podés ver las cosas a cualquier hora, las ves a cualquier hora. Y ahí uno empieza a perderse. Si con los chicos en general uno controla la cantidad de tiempo que pasan en las pantallas, ¿por qué los adultos no hacemos lo mismo? Sí, nuestro cerebro está desarrollado (o eso creemos), no como el de los chicos. Sin embargo, cualquier neurocientífico te va a decir que el exceso de pantallas en un adulto es perjudicial en lo que se refiere a memoria y aprendizaje. No te va a pasar nada si lo hacés un día o dos. Pero la tendencia es que repitamos hábitos que nos relajan o nos sacan de la vorágine del día a día. Entonces, elegí un horario, respetalo y sí, a veces te vas a quedar más tiempo, pero tratá de que no sea algo habitual. 

3- Hacé las cuentas y buscá alternativas

Y para este tercer punto, no hace falta volver a los ochenta. Solo ver la cuenta. No soy de las que te dicen "si te tomás el café en tu casa en vez de tomártelo una vez por semana en la cafetería que disfrutás enormemente, vas a ahorrar cinco centavos y ser infeliz". Creo firmemente en gastar la plata que gastamos con el sudor de nuestra frente (ni que fuéramos esclavos romanos, exagero, sí, pero para darle efecto emotivo al asunto) en algo que nos guste; y si te gusta ver series y películas en distintas plataformas, hacelo. Lo que tenemos que pensar es si ese gasto vale tanto la pena como creemos. Porque al final, como dije al comienzo, gradualmente podemos ir sumando cosas que tal vez no aprovechemos tanto. Tengo algunas propuestas que nosotros hacíamos y fuimos olvidándonos pero que ahora vamos a retomar: 

1- Turnar los streamings: al final, a veces ya vimos lo que queríamos y para qué seguir pagando por algo que no queremos ver tanto. Por ejemplo, si viste la serie que querías en Netflix y ya no encontrás otras cosas que te interesen mucho pero sí encontrarte en Disney, pagá Disney ese mes y no pagues Netflix. A todos no gusta ver cada tanto una buena película de acción sin sentido y de buena calidad. Netflix viene a mi rescate, qué puedo decirles. 

2- Buscar plataformas alternativas: en Argentina por ejemplo, tenemos cine.ar, una Netflix de producciones argentinas. Tenemos Pluto Tv que es gratis y nos recuerda un poco a la tele de antes, con horarios para ver las películas o series que pasan. Está lalula.tv, que trae producciones relacionadas con el arte. O legalmentegratis.com con pelis más raras pero interesantes. En fin, voy a dejar el enlace de un post de un blog donde descubrí varios portales. Pero bueno, también pueden siempre encontrar por la Internet más opciones. No necesitamos depender de los streamings tradicionales para todo. 

3- Fijate qué streamings vale la pena pagar mensualmente: a veces, hay promociones que valen la pena pagar anualmente. A mí me gustan mucho los Simpsons y decidí que voy a terminar el año viendo un capítulo por día mientras hago ejercicios. Para mí, vale la pena. Sin contar que los chicos son fanáticos de Bluey y Pheneas y Ferbs y miran bastante. Entonces, anual. Ahora, Netflix, no. Max, no. Prime, no. Cada uno sabe cuál le parece más o menos útil. 

En fin, creo que el streaming compulsivo y sin control (o exagerado) es parte del problema de arrastrarnos a un limbo de relajación y desconexión a través de las pantallas. No me entiendan mal, nunca escondí en este tiempo que nos conocemos mi gusto por películas y series. Me encantan y si fuera por mí, estaría sentada en el sillón mirando películas, documentales y series mucho más de lo que debería. Pero como el famoso scrolling, uno tiene que controlarse. Otro punto que me parece interesante para reflexionar es que el hacer del momento de mirar una película o una serie como en los viejos tiempos, nos obliga a centrarnos y concentrarnos en lo que estamos haciendo. Honestamente, ¿cuántas veces empezaron a ver una serie o una peli y empezaron a ver el celular o a adelantar porque les parecía aburrida o no los atrapó desde el primero momento? Estamos en la era de la falta de atención. Proponerse un espacio para disfrutar del arte audiovisual es tan importante como ir a un museo y ver con atención una obra de arte. 

Nos vemos la semana que viene con más Minimalismo Real. 

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